Fecha: 18/05/2018
Fuente: Compromiso Empresarial

Representantes de la Administración Pública, ONG y empresas tecnológicas se han reunido con motivo del Día Internacional Contra la Homofobia y el Día Mundial de Internet, para debatir sobre el discurso de odio y la falsa propaganda a través de las redes sociales. Xenofobia, machismo, racismo, homofobia… parecen proliferar a través de plataformas como Twitter, Youtube o Facebook. ¿Se han vuelto hostiles las redes? ¿Están contribuyendo a que aumente la agresividad hacia ciertos colectivos? ¿Están estas redes tomando medidas para frenar los delitos de odio?

En el Día Internacional Contra la Homofobia y el Día Mundial de Internet, celebrados ayer, la Plataforma de ONG de Acción Social ha organizado el Foro: Juntos contra el discurso del odio, contando con el apoyo de la Oficina del Parlamento Europeo en España, y la participación de la Secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Injuve, Fiscalía General de Estado, ONG y empresas de Internet.

El objetivo no era otro que el de analizar el fenómeno del discurso de odio y la falsa propaganda a través de las redes y destacar las mejores experiencias y las limitaciones de cada actor para combatirlo por separado. La conclusión del encuentro ha sido que existe necesidad de unir esfuerzos y recursos para acabar con este fenómeno que incide negativamente sobre la dignidad de la persona y atenta contra los valores de la democracia.

Mario Garcés, secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, recordaba que se cumplen 18 años de la eliminación, por parte de la ONU, de la homosexualidad como enfermedad mental, aunque, explicaba, “en España muchas veces es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.

El marco legal que delimita el de odio
Según la Fiscal de sala del Tribunal Supremo, Elvira Tejada, en España se ha aprtovechado la reforma del Código Penal del 2015 para redefinir el delito de discurso de odio. Según el artículo 510, se establecen penas de hasta cuatro años de prisión para conductas graves como la promoción del odio a colectivos concretos (por motivos de raza, religión, creencias, género, orientación sexual y discapacidad). Y aportaba un dato, “entre el 2016 y 2017, solo en investigaciones relativas a delitos de odio en la red, hemos crecido un 200%. Son expedientes gestionados por la Fiscalía”.

Sin embargo, hay límites y líneas de trabajo que profundizar, ya que en muchos casos la protección a la libertad de expresión como principio de democracia hace que se planteen dilemas de difícil resolución con los instrumentos legales actuales. Más colaboración entre todos los actores, y concienciación social, contribuirá a combatir el fenómeno, que en algunos casos puede hasta relacionarse con el crimen organizado y la falsa propaganda en la red, explicaron.

Responsabilidad de gigantes como Facebook o Youtube
¿Qué están haciendo las plataformas sociales para controlar y erradicar los discursos de odio en la red? Según declaraba Aibbinn Kelleher, directora de Políticas para EMEA en Facebook, “cada día se suben a Facebook mil millones de fotos. Tenemos una gran responsabilidad y unas reglas que llamamos Community Standard. Contamos con expertos en todo el mundo y trabamos también con más de 800 ONG de forma continua, para erradicar los discursos de odio en nuestra red”. Y aportaba una cifra: en el primer trimestre de 2018 han eliminado 2,5 millones de contenidos inapropiados, con discursos de odio.

La representante de Facebook apuntaba que cuentan con más de 50.000 personas que trabajan en materia de seguridad de contenidos. Por su parte, según declaraba Santiago Menéndez- Abascal, responsable del Equipo Legal de Google, “nuestra compañía tiene un firme compromiso para ser parte de la solución al problema del odio online. Tenemos un sistema interno de revisión de vídeos en Youtube a partir de una tecnología específica. Un 70% de los contenidos violentos son bloqueados antes de que se difundan. Por otra parte, cada minuto se suben a Youtube unas 400 horas de vídeo; sin tecnología (Machine Learning), sería imposible revisarlo todo”, concluía el responsable legal de Facebook.

Discurso de odio frente a discurso con odio
Según declaraba Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia, “la libertad de expresión no puede ser libertad de agresión”. Para Ibarra “los crímenes de odio lo que niegan es la dignidad que hay en las personas, la dignidad inherente al ser humano. Sin embargo, un discurso con odio puede no entrar en la categoría legal de ‘discurso de odio’”. En este sentido, muchos de los asistentes al foro reclamaban que además del Código Penal hacen falta sanciones administrativas.

El responsable del Observatorio Redes Contra el Odio, y expresidente de la FLGTBI, Jesús Genérelo, declaraba que “entre el código penal y la nada, tienen que existir faltas o sanciones administrativas”. “No todo es delito penal”, remarcaba Sara Giménez, de la Fundación Secretariado Gitano, “necesitamos también sanciones administrativas”.

Por otro lado, Giménez también señalaba que existen numerosas dificultades técnicas a la hora de conseguir la retirada de un contenido, ya que en numerosas ocasiones, los servidores de las plataformas están en países extranjeros con legislaciones diversas, y los haters son difícilmente identificables ya que se amparan en el anonimato que les confiere Internet.