Data: 18/12/2019
Iturria : Libertad Digital
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La crisis que azotó todo el mundo en 2008 terminó convertida en una crisis de confianza cuyas consecuencias aún se notan hoy. La recesión hizo tambalearse algunos pilares que se daban por seguros y buena parte de los ciudadanos perdieron su confianza en los principales actores económicos. Aunque el sector financiero fue el más afectado, no fue el único. En los años de recuperación, empresas, políticos y organizaciones de todo tipo han tenido que trabajar para recobrar la confianza de consumidores y usuarios, que ahora demandan otro tipo de valores en su relación con las compañías.

Para las ONG, la situación no ha sido diferente. En el tercer sector, la confianza es especialmente importante porque para el socio o colaborador ocasional es esencial tener la certeza de que su aportación va a llegar al destino previsto y va a ser empleada para ayudar a quienes de verdad lo necesitan. A la incertidumbre de los últimos años, se sumaron diversos escándalos vinculados a ONG, como el de Oxfam en Haití, que acabaron enturbiando injustamente la labor de un sector esencial para conseguir una sociedad más justa con igualdad de oportunidades para todos. Según el Edelman Trust Barometer 2019, la confianza de los españoles en las ONG ha caído ocho puntos, del 61% al 53%.

Con el fin de combatir esta situación, las ONG están trabajando en distintas estrategias destinadas a captar nuevos socios y recuperar a los que se fueron, basadas, sobre todo, en la transparencia en el uso de los fondos, en los proyectos y en la gestión. De la recuperación de esa confianza depende la viabilidad de muchas organizaciones que pueden seguir ayudando a personas en situación de exclusión o a víctimas de catástrofes de todo tipo.

Desde el convencimiento de que la labor de las ONG es esencial para la sociedad, también en los países desarrollados, han nacido proyectos destinados a restaurar la confianza en el tercer sector, como la Fundación Lealtad, de cuyo Patronato forma parte Banco Santander. La Fundación Lealtad nació años antes del estallido de la crisis, concretamente en 2001, con una misión: fomentar la confianza en las entidades sin ánimo de lucro para incrementar donaciones y colaboraciones. Fundada por un grupo de personas del ámbito financiero, vino a cubrir un vacío en España, donde a diferencia de otros países europeos, no existía ningún organismo que acreditara las buenas prácticas de las organizaciones sin ánimo de lucro.

Según explica la directora general de Fundación Lealtad, Ana Benavides, el organismo se encarga, entre otras cosas, de dar a las entidades que lo merezcan el sello ONG Acreditada, en función del cumplimiento de 9 Principios de Transparencia y Buenas Prácticas. La Fundación tiene publicados todos sus informes con el fin de dotar al donante de una información “objetiva, actualizada y comparable” que le ayude a seleccionar a la organización con la que desee colaborar.

El proceso de análisis para acreditar la transparencia y buenas prácticas de una ONG es “exigente y voluntario”, según destaca Benavides. Incluye sesiones formativas, un cuestionario y un primer análisis de documentos que desemboca en la elaboración de una “hoja de ruta” que les ayude a implementar cuestiones que “todavía tengan pendiente”. La acreditación llega tras “un proceso muy riguroso”, en el que se acredite que los organismos cumplan “íntegramente” los 9 principios “con todos sus indicadores”. Para mantenerlo, las ONG han de renovarlo cada dos años pasando por un nuevo análisis igualmente exhaustivo. Entre las variables que se analizan están la “comunicación veraz”, “el cumplimiento de las obligaciones legales”, la “sostenibilidad financiera” o “la coherencia de sus actividades con su misión”.

Benavides subraya cómo en el caso de las ONG, “la confianza y la transparencia son clave” y la “base de toda relación”. “La sociedad es más exigente con las ONG que con otros sectores” porque, entre otras cosas, “trabajan con colectivos vulnerables” y se espera de ellas el cumplimiento de una “cuestión social”. “La gestión de esos recursos debe ser eficiente, impecable e incuestionable”, destaca.

En un contexto de crisis generalizada de confianza, Benavides subraya cómo la pérdida de esta es la razón fundamentalmente esgrimida por los ciudadanos para no colaborar con organizaciones de este tipo. Según el Perfil del donante 2018 elaborado por la Asociación Española de Fundraising, hasta el 44% de los encuestados alegó la falta de confianza como motivo de no colaborar con ninguna ONG. Por eso, estos colectivos deben trabajar por merecerla y para ello reciben la ayuda de entidades como Fundación Lealtad, que tras 18 años de experiencia destaca cómo su sello es garantía del “gran trabajo que desarrollan las ONG y su alto nivel de profesionalidad”.

La presidenta de Fundación Lealtad destaca también el papel “clave” de las entidades financieras en la relación entre socios y ONG al, por ejemplo, “facilitar la colaboración con una ONG concreta” o “canalizar la solidaridad” a través de pagos “fáciles, rápidos, y seguros”. En este punto, Benavides ensalza el papel de Banco Santander, una de las primeras entidades en apoyar a la Fundación Lealtad, y miembro de su Patronato. “Nos ha acompañado en cada etapa, cuando publicamos las primeras guías de la transparencia, cuando lanzamos el Sello ONG Acreditada y ahora que estamos en un importante proyecto de digitalización”. Además, elogia iniciativas como Euros de tu Nómina, impulsada por la entidad, que “ha aportado más de 3,3 millones de euros a 82 proyectos”.