Data: 07/01/2019
Iturria : Fantova.net

Para aproximarnos a comprender la complejidad de las decisiones de calado que han de tomar en nuestro entorno, actualmente, las entidades del tercer sector de acción social. podemos visualizarlas atravesadas por una triple tensión entre fuerzas contrapuestas, en medio de la cual han de buscar equilibrios relativamente estables y necesariamente creativos para, siendo fueles a sus señas de identidad, obtener el deseable impacto social.

La primera tensión es la que se produce entre las energías que intentan anclar a las organizaciones en su identidad fundante, en su esencia como entidades voluntarias que nacen de la libre agregación de personas y grupos comprometidos con algún tipo de causa solidaria y las que tiran de ellas como gestoras de servicios o programas realmente existentes o previstos, por los que los poderes y administraciones públicas están dispuestas a pagar dinero en forma de subvenciones, convenios, contratos o conciertos.

La segunda tensión es la que se da entre la llamada de la comunidad y el territorio, que pide organizaciones de base, a ras de tierra, capaces de acoger y gestionar la diversidad de género, generacional, funcional y cultural presente y deseable en los domicilios, los vecindarios, los barrios y los pueblos, y la tendencia a la especialización, a la segmentación, a hacerse cargo de la vulnerabilidad, dependencia, sufrimiento o exclusión de un determinado colectivo poblacional, sabiendo cada vez más de su problemática y correspondiente abordaje.

La tercera tensión es la que se observa entre la incardinación sectorial de las entidades en un determinado ámbito de actividad (los servicios sociales, el empleo, la vivienda o la sanidad, por poner cuatro ejemplos), que puede contribuir a su mejora basada en el conocimiento y a la inclusión de las personas a las que atienden, y la integración, intersectorialidad y transversalidad demandada frecuentemente por la complejidad de las intervenciones necesarias y la rigidez burocratizada de las estructuras y políticas públicas.

En esta triple tensión, no pocas organizaciones se deforman o se desintegran, mientras que otras encuentran, deben encontrar, podría decirse, la oportunidad de construir nuevas síntesis entre misión y sostenibilidad, entre proximidad y especialización, entre sectorialidad e integración. Desde la búsqueda y construcción de esas nuevas sinergias estratégicas, las organizaciones solidarias dedicadas a la intervención social deberán adoptar decisiones diversas y complementarias en relación con su escala, posicionamiento, composición, actividades, imagen y alianzas.

(Sobre estas cuestiones conversaremos los días 10 y 11 de enero de 2019 en Barcelona y Vallbona de les Monges con personas de la Cooperativa l’Olivera y el día 14 en Barcelona con el Grup ATRA. La ilustración corresponde a la cubierta del Centro de Nuevas Industrias y Tecnologías, construido en París en 1958, de planta triangular y de gran dificultad técnica.)