Fecha: 20/11/2019
Fuente: Diario Responsable
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Un estudio sobre liderazgo social del Instituto de Innovación Social de Esade y la Fundación PwC desvela que en los equipos técnicos de las ONG la presencia femenina es claramente mayoritaria y el 43% de estas organizaciones ya son dirigidas por mujeres. Pero esta realidad cambia dependiendo del tamaño de las entidades, el 57% en las pequeñas, frente al 25% en las más grandes. La brecha de género en el tercer sector es menor que en el ámbito empresarial, pero aún hay camino por recorrer.
Una de las conclusiones del informe “¿Hacia dónde va el liderazgo social? Nuevas tendencias y competencias”, una iniciativa conjunta del Instituto de Innovación Social de Esade y la Fundación PwC, es que las ONG podrían ser un referente para otros sectores en cuestión de diversidad. Además de la cuestión de diversidad, el estudio analiza e identifica los 8 elementos clave para el liderazgo social del futuro: visión y orientación a resultados; intraemprendimiento e innovación social; desarrollo de líderes; liderazgo social y diversidad de género; liderazgo reputacional; liderazgo digital; liderazgo sistémico y liderazgo colaborador y generador de alianzas.

A partir del análisis de la encuesta realizada a más de 450 responsables de ONG españolas, el tercer sector debe promover de manera más activa la diversidad no solo en base a una mayor incorporación de mujeres a cargos de responsabilidad como la de dirección u gobierno, sino establacer mecanismos para enriquecer a sus equipos. De las respuestas de los encuestados, nos encontramos que el el 84% coinciden en que la incorporación de las mujeres a la alta dirección aporta valor al liderazgo porque genera diversidad en la toma de decisiones y el 68% considera que esta aportación es positiva debido a las características y a los atributos distintivos del liderazgo femenino.

Ignasi Carreras, director del Programa Esade-PwC de Liderazgo Social y co-autor del informe “el aumento de directivas en las ONG es un avance sustancial en relación a hace años, pero un sector donde un 70% son mujeres, debería tener más directoras generales de ONG”. En esta línea, “la transformación del sector a partir de la incorporación de la mujer a cargos directivos es extraordinaria, ya que aporta nuevas competencias de colaboración, de inteligencia emocional y de influencia”

Más allá de la diversidad, el informe también incide en la necesidad de generar culturas más innovadoras dentro de las ONG, según los de la encuesta, tan sólo el 18% considera que los líderes de las organizaciones del tercer sector destacan por ser emprendedores e innovadores y un 30% los define como capaces de generar cambios y adaptarse a nuevos entornos. Ante estas cifras, es importante fomentar el emprendimiento y la innovación, no solo por la complejidad de los retos sociales a los que se enfrentan las ONG, sino también como vía para diversificar sus fuentes de ingresos y hacer frente a las restricciones financieras.

En cuanto a la gestión del talento, la encuesta desvela que pese a que entre los atributos y las competencias que más se reconocen en los líderes del sector destacan los relacionados con la inteligencia emocional; solo el 24% los definen como desarrolladores de equipos o gestores de talento, y otro 24% consideran que dirigen a sus equipos empoderando y delegando. Ignasí Carreras explica que “existen líderes muy orientados a la acción, pero han de potenciar su dedicación y capacidades para desarrollar a los miembros de sus equipos”.

Otras de las ideas clave que han resaltado del sector es la necesidad de potenciar la nueva realidad digital porque según la encuesta, el 100% de las ONG españolas cuentan con perfil en Twitter, el 90% con página en Facebook, el 76% tienen canal en YouTube y el 56% están presentes en Instagram; sin embargo, la presencia digital de sus líderes es muy inferior. Un tercio de los líderes no tiene perfil en Twitter y solo el 47% superan los 300 seguidores en esta red cuando el promedio de los responsables es de 2.000 seguidores, frente a los 43.500 de sus ONG. Es una oportunidad de oro para que los líderes de organizaciones sociales se formen en cómo tener un perfil digital activo para inluenciar y movilizar hacia sus causas a las nuevas generaciones que consumen este tipo de canales.