Fecha: 15/02/2018
Fuente: lainformación.com

La crisis ha cambiado la entrada de fondos en el tercer sector, que en líneas generales, depende cada vez menos del capital público.

El escándalo sexual protagonizado por altos cargos de la ONG Oxfam Intermon en Haití tras el terremoto de 2010 ha puesto en el punto de mira nuevamente a estas organizaciones, que se han enfrentado en los últimos años a no pocas crisis reputacionales. Y esto, en medio de una crisis económica que les ha obligado al mismo tiempo a cambiar casi por completo el modo en que captan fondos, pasando en líneas generales a depender cada vez menos del sector público.

Fuentes consultadas por La Información explican que las ONGs han echado el resto en comunicación y se han lanzado a cerrar campañas muy agresivas a nivel de calle con las que captar nuevos socios. En ocasiones, utilizando trabajadores precarios con ese fin, tal y como ha denunciado entre otros el sindicato CCOO. Son casos concretos, pero suponen una mancha para un sector que depende fundamentalmente de la solidaridad de sus socios.

De acuerdo con el último informe elaborado por la Asociación Española de Fundraising (AEFr) , con datos relativos al ejercicio 2016, sus 16 principales organizaciones (entre las que se encuentran Unicef, Acción contra el hambre, Amnistía Internacional, Médicos sin Fronteras o la Asociación Española contra el cáncer, entre otras) recaudaron un total de 1.059 millones de euros en fondos, un 4% más que en 2015.

De esa cantidad, 456 millones los obtuvieron directamente a través de las cuotas de sus asociados, de modo que lo que aportan sus socios representa el 37% del total de los fondos percibidos, mientras que otro 46% depende de subvenciones de las Administraciones Públicas o de las empresas.

Tal y como explica a este diario Fernando Morón, director de la AEFr, existen básicamente tres modelos de financiación en las ONGs: están las que dependen en un 80% o más de los fondos públicos, ya sea procedentes de del IRPF, las comunidades autónomas, los ayuntamientos o el Fondo Social Europeo, entre otros. Este tipo de organizaciones obtienen el porcentaje de fondos restante a través de capital privado, ya sea por la vía de las fundaciones empresariales e incluso de alguna Obra Social.

En un segundo grupo estarían las organizaciones que obtienen casi el cien por cien de su capital por vía privada y, además, a través de personas físicas, como es el caso de Amnistía Internacional o de Greenpeace. En tercer lugar y como caso mas extendido se encuentran aquellas organizaciones que consiguen entre el 30 y el 40% de su financiación por vía pública y el resto es privada o proviene de fondos propios.

Por sectores, la financiación pública suele ser más fuerte en el caso de los relacionados con la discapacidad o con el paciente, puesto que llegan a acceder incluso a contratos con las Administraciones.

¿Quién fiscaliza a las ONGs?

En el caso de estas últimas organizaciones, de aquellas que dependen más de capital público, es la propia Administración la que se encarga de hacer una auditoría de sus cuentas. Un ejemplo serían las que realizan la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) o el Fondo Social Europeo, que son, según explica Morón, bastante duras.

En otros casos, existen modelos de auditorías propios, como el que tiene La Caixa, e incluso las organizaciones pueden llegar a obtener algún otro certificado de excelencia. En cualquier caso y a la fiscalización oficial se suma la de los propios socios, a quienes las organizaciones deben enviar sus cuentas anuales y un informe de actividad.

EL DATO
Más de 1.200 peticiones de baja de socios
Oxfam Intermón en España ha recibido 1.200 peticiones de baja de socios, tras conocerse el escándalo sexual en el que participaron en 2011 algunos de sus trabajadores en Haití y otras denuncias a personas vinculadas a esta ONG, como la detención del presidente de su patronato en Guatemala por corrupción. Según fuentes de la organización a las que cita Efe, la ONG tiene 236.000 socios que colaboran periódicamente y donantes que hacen aportaciones no regulares. De los 193.000 socios, se han puesto en contacto con la ONG para interrumpir su colaboración 1.200 personas. Oxfam ha condenado esos hechos.