Fecha: 24/01/2019
Fuente: Luk Comunicación

Arranca un nuevo año con las ilusiones intactas. Todos vemos el comienzo del año como una nueva oportunidad para alcanzar nuevos objetivos, nuevas metas, comenzar o dar por finalizados proyectos.

El tercer sector y todos los agentes y organizaciones que forman parte de el, se enfrentan a un año clave. Nos encontramos con una sociedad cada vez más comprometida, implicada en ayudar y colaborar con proyectos que cambian el mundo; asistimos al auge de empresas de impacto social que con sus productos buscan cambiar el mundo; un mayor protagonismo de las Fundaciones corporativas que gracias a su presencia están ayudando a impulsar el sector fundacional y a profesionalizarlo; nuevos profesionales que buscan orientar su carrera profesional no con la remuneración como pieza clave sino con el impacto transformador y positivo de su trabajo como factor clave a la hora de decidir dónde y con quién trabajar. Venimos además en una ola creciente de compromiso por crear y hacer crecer las estructuras y las inversiones en políticas de RSC por parte de las empresas.

En definitiva un momento que es reflejo de los cambios que vivimos a nivel sociedad y que como todo cambio asistimos a el con incertidumbre, pero que a la vez nos abre un abanico de oportunidades para conseguir todo aquello que nos propongamos.

RETOS DE LAS ONGS Y FUNDACIONES PARA EL 2019
En este escenario de cambio y oportunidades nos encontramos con dos retos, en mi opinión claves, para el futuro de las ONGs, Fundaciones y cualquier tipo de organización del tercer sector para este 2019. Estos dos retos son:

DIFERENCIACIÓN
Vivimos en un mundo global, las ONGs también. Uno de los primeros pasos que tenemos que dar para poder entender este reto es ver a las organizaciones del tercer sector como empresas. Como una empresa no solo desde el punto de vista de la estructura, funcionamiento, talento, etc., sino también como concepto. Es decir, las ONGs también tienen competencia, si, compiten entre si.

Cuando una persona decide colaborar con una ONG lo hace eligiendo entre miles de opciones. A la hora de decidirse por una u otra organización entran en juego muchos factores y siempre diferentes en función de cada persona. Para algunos será más importante el impacto real que tengan los proyectos; otros prefieren colaborar con organizaciones que trabajen en sectores que considere más importantes; habrá gente que busca organizaciones pequeñas frente a grandes proyectos,… En cualquiera de los casos el donante se encontrará con varias opciones a la hora de elegir con que organización colaborar.

A esto le sumamos el factor global. Hoy día, en el mundo global e interconectado en el que vivimos, lo mismo podemos colaborar con una organización local que trabaje en mi comunidad como con una organización que esté a miles de kilómetros de distancia. Un mundo global con millones de organizaciones con las que poder colaborar. Las nuevas tecnologías nos acercan a aquellos que están lejos. El mundo global nos abre oportunidades a los donantes y dibuja un panorama más complejo para las ONGs y Fundaciones.

Es por tanto clave, al igual que ocurre en las empresas, conseguir diferenciarnos y destacar como organización y como proyecto. Muchas veces debido a ese concepto “no empresarial” que tenemos con las ONGs la gente no se preocupa en diferenciarse de las demás organizaciones. Simplemente existe, pero no trabaja por destacarse.

Un punto de partida muy bueno para comenzar esa diferenciación es la comunicación. Ser capaces de transmitir nuestro proyecto, nuestros objetivos, los resultados alcanzados y los retos a los que nos enfrentamos como organización. Y hacerlo de una manera sencilla, directa y atractiva. Esta diferenciación solo se conseguirá si decidimos apostar por comunicar, por acercar al donante y al beneficiario.

CAPTACIÓN
El segundo reto y no menos importante tiene relación la financiación de las organizaciones. La captación de recursos, sobre todo económicos, siempre es una de las mayores preocupaciones de las organizaciones con las que trabajo. Al igual que en una empresa, el dinero es la sangre que hace que la organización funcione, sin dinero, no hay vida.

De acuerdo al último informe sobre el tercer sector social de PwC la financiación en global del tercer sector social crecerá un 4,7% durante el periodo 2018-2022 hasta más allá de los 12.000 mil millones de euros anuales. Esta financiación proviene principalmente del sector público con un 62% del total de los recursos del sector. Esta dependencia tan grande de la financiación pública no es positiva pues genera incertidumbre. La búsqueda de una mayor estabilidad del modelo financiero y una igualdad de financiación público-privada requiere de modelos innovadores de financiación, haciendo uso de nuevas herramientas digitales de financiación y contando con la financiación pública con compromisos a medio y largo plazo.

A este reto de cómo aumentar la financiación privada dentro de las ONGs, Fundaciones se le une el nuevo escenario de globalización que comentaba antes. Ahora las ONGs ya no compiten solo con otras ONGs, no, ahora se les une a esa competencia las empresas de impacto social. Hasta ahora si querías ayudar a una mujer en la India, buscabas algún proyecto de empoderamiento, defensa y/o formación de la mujer en ese país, seguramente a través de alguna organización que ya trabajase allí. Le dabas tu aportación, por ejemplo 20€, y la ONG se encargaba de hacer llegar ese dinero para ayudar a cientos de mujeres. Hay que tener presente que toda donación es algo “inmaterial” pues no recibimos nada “material” a cambio de nuestro dinero. Se basa todo en una voluntad de ayudar a cambiar las cosas.

Ahora ese modelo se enfrenta a un nuevo escenario. Siguiendo con el ejemplo anterior, imagina que compras por 20€ una manta o colcha con el sello de empresa/proyecto social. Esa manta/colcha está fabricada en la India, en la región de de Panipat o Kashmir en una fábrica donde solo trabajan mujeres en un entorno justo y seguro. Dentro del PVP que pagas estás pagando el salario que permite a esas mujeres ser independientes y tener un futuro más justo. Además, los beneficios de esa manta se reinvierten en crear nuevos proyectos similares en otras regiones de la India.

De esta manera consigues tener, al igual que con la ONG, un impacto positivo en la vida de cientos de mujeres, hacerlo de una manera justa y además te llevas por el mismo precio una manta a tu casa.

Por eso es importante insistir a las ONGs y Fundaciones en la necesidad de crear un vínculo estrecho y sólido entre donante-organización-beneficiario que compense la ausencia de algo “material” a cambio de nuestra donación. Una buena manera de comenzar a lograrlo es dejando de poner en el centro del mensaje a nosotros como organización para empezar a hablar de los verdaderos protagonistas: los beneficiarios.

Con este panorama la captación de fondos se vuelve aún más compleja, por un lado por la necesidad de aumentar la financiación privada haciendo crecer nuestra base de donantes particulares y corporativos; y por otro por la aparición de nuevas opciones para conseguir crear un impacto positivo.

Este 2019 será pues un año de crecimiento y consolidación del tercer sector en la medida en que consigamos diferenciarnos como organización y seamos capaces de crear nuevos modelos de financiación.